Hoy comparto con vosotros una historia que conocía desde hacía tiempo pero que ahora cobra mucho más sentido para mi, llegando incluso a emocionarme. Disfrutadla...
EL HIJO Y EL PADRE
Un día un niño le dijo a su padre...
HIJO: "Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?"
PAPA: "Sí, claro, ¿qué es?"
HIJO: "Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?"
PAPA: ". Eso no es asunto tuyo ¿Por qué me preguntas
tal cosa"
HIJO: ". Sólo quiero saber Por favor dime, ¿cuánto
ganas por una hora?"
PAPA: "Si quieres saberlo, gano 100 € a la hora."
HIJO: "Oh!" (dijo el niño con tristeza mientras
agachaba su cabecita... Tras unos segundos, volvió a preguntar). "Papá,
¿te puedo pedir prestado 50 €?"
El padre, al escucharlo se puso furioso.
PAPA:. "Si la única razón por la que quieres saber lo
que gano es para pedir prestado dinero para comprar un juguete tonto o alguna
otra tontería, entonces quiero que te marches directamente a tu habitación,
quédate allí y piensa por qué estás siendo tan egoísta. Yo trabajo duro todos
los días como para lidiar con tu comportamiento tan infantil ".
El niño en silencio se fue a su habitación y cerró la
puerta.
El hombre se sentó y comenzó incluso a ponerse más enojado
acerca de las pregunta del pequeño. ¿Cómo se atreve a hacer tales preguntas
sólo para obtener algo de dinero?
Después de una hora o algo así, el hombre se calmó y comenzó
a pensar:
Tal vez había algo que realmente necesitaba comprar con esos
50 €. El niño no solía pedír dinero muy a menudo. El hombre se acercó a la
puerta de la habitación del niño y abrió la puerta.
PAPA: "¿Estás dormido, hijo?"
HIJO: "No papá, estoy despierto".
PAPA: "He estado pensando, tal vez fui demasiado duro
contigo. Ha sido un día largo y saqué mi frustración en ti. Toma, los 50 € que
me pediste..."
El niño se irguió, sonriendo.
HIJO: "Oh, gracias papá!"
Entonces, se levanta y agarra debajo de la almohada, unos
billetes arrugados. El hombre vio que el muchacho ya tenía dinero, empezó a
enfadarse de nuevo. El niño contó despacio su dinero, y luego miró a su padre.
PAPA: "¿Por qué quieres más dinero si ya tienes
bastante?"
HIJO: "Porque yo no tenía suficiente, pero ahora sí.
Papá, ahora tengo 100 €. ¿Puedo comprar una hora de tu tiempo? Por favor, ven a
casa temprano mañana. Me gustaría cenar contigo."
El padre se sintió aplastado. Puso sus brazos alrededor de
su pequeño hijo, y le suplicó por su perdón.
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