Hoy os dejo el cuento de otra de mis amigas Valeria. Espero que os guste tanto como a mi.
EL NACIMIENTO DE LA ISLA DE LOS CANGREJOS
Había una vez… hace mucho, mucho tiempo, muy lejos de aquí;
un cangrejo que vivía en una cueva, en lo más profundo del océano.
Un día el cangrejo despertó y decidió que iba a hacer un
poco de ejercicio. Salió de su cueva y empezó… 1, 2, 3, 4 ¡Otra vez! 1, 2, 3,
4.
Se relajó un poquito, y a lo lejos vio una sombra que se
acercaba. Se limpió los ojos y miró otra vez… ¡Ohhh! ¡Venia un tiburón hacia
él, y se lo iba a comer!
El cangrejo dio unos pasos hacia atrás y se agarró muy, muy
fuerte de una roca, para que el tiburón no se lo comiera.
El tiburón se acercó, lo miró, le sonrió con malicia, pero
se dio cuenta que no se podía comer al cangrejo junto con la roca. Así, que
comenzó a chupar, y a chupar, y otra vez a chupar… Hasta que de pronto comenzó
a toser, y a toser y otra vez a toser.
El tiburón de tanta agua que había tragado, se atragantó.
Como vio que no se podía comer al cangrejo y a la roca, juntas, decidió irse a buscar comida a otro sitio.
El cangrejo sudaba y tiritaba de miedo, pero se sentía muy
contento porque el tiburón no se lo había podido comer… Así que tomó la
decisión que a partir de ese día celebraría de nuevo su cumpleaños… Ese había
sido el día de su nuevo nacimiento.
Entonces preparó una gran fiesta en su cueva. Hinchó globos,
cocinó una gran tarta de cumpleaños, puso luces de colores por todas partes… Y
lo más importante Llamó a cada uno de sus amiguitos del mar para invitarlos a
su fiesta.
- ¿Vas a venir a mi fiesta?
- Te invito a mi fiesta.
- Te espero en mi fiesta.
Mientras esperaba a sus invitados, puso música y para
relajarse un poquito, comenzó a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
MENEALO, MENEALO
QUE SE EMPELONA,
QUE SE EMPELONA,
QUE SE EMPELONA.
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
MENEALO, MENEALO
QUE SE EMPELONA,
QUE SE EMPELONA,
QUE SE EMPELONA.
De pronto…
Ding Dong, sonó la puerta. El cangrejo abrió.
- ¡Pase, pase, señora Estrella de Mar!
La Estrella de mar entró a la cueva, escuchó la música, se
paró en el medio de la pista y comenzó a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
...
Ding Dong, sonó la puerta. El cangrejo abrió.
- ¡Pase, pase señora Ballena! ¡Bienvenida a
mi fiesta!-
La Ballena entró a la cueva, escuchó la música, se paró en
el medio de la pista y comenzó a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
...
Ding Dong, sonó la puerta. El cangrejo abrió.
- ¡Pase, pase señor Caballito de Mar! ¡Qué
alegría que haya podido venir!
El Caballito de mar entró a la cueva, escuchó la música, se
paró en el medio de la pista y comenzó a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
...
-¡Muy bien!- Dijo el Cangrejo.
- Volveré a poner la canción
luego, pero antes vamos a descansar un poquito-
Y todos comenzaron a respirar: una vez, otra vez y otra vez más.
Ding Dong, sonó la puerta. El cangrejo abrió.
- ¡Pase, pase señor Pulpo, pase! ¡Gracias
por venir a mi fiesta!-
El señor Pulpo entró
a la cueva, se paró en el medio de la
pista mientras volvían a poner la música y comenzó a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
...
Ding Dong, sonó la puerta. El cangrejo abrió. Y se encontró
del otro lado de la puerta, con un banco entero de Sardinas.
- ¡Pasen, pasen Sardinitas! ¡Es un placer
que hayan venido a mi fiesta!-
Las Sardinas entraron a millares en la cueva, escucharon la
música, se pararon en el medio de la pista y comenzaron a bailar.
MENEALO, MENEALO
DE AQUÍ PÁ ALLA,
DE ALLA PÁ ACA,
DE ALLA PÁ ACA,
...
Fue tanto, tanto, tanto lo que bailaron los animalitos del
mar que la tierra de debajo de sus pies comenzó a moverse, y a moverse y otra
vez a moverse.
Y la arena de debajo de sus pies, comenzó a subir, a subir y
otra vez a subir, hasta que todos se quedaron bailando por encima del nivel del
mar.
Y fue así como en ese día nació la Isla de los Cangrejos,
hoy también llamada Isla de Costa Rica…
¡Y COLORIN COLORADO… ESTE CUENTO… SE HA ACABADO!
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