- ¡Yo soy la más guapa! – decía Puchinela.
- ¡No, la más guapa soy yo! – le replicaba Polipasta.
- ¡Ni hablar la más guapísima
de este reino soy yo! – afirmaba Petipuá.
El
pueblo de Kokorocó estaba gobernado por el rey más sabio
de todo el mundo.
Un
día mientras las gallinitas discutían, como siempre, un gallo que andaba por
allí cansado ya de tanta riña dijo:
- Dejad ya de discutir, si queréis saber
quien es la más guapa id a ver al rey, el lo decidirá.
-
Decidme, ¿cual es vuestra duda?-
y las tres gallinitas respondieron:
- Queremos
saber cual de las tres es la más guapa-.
El rey quedó sorprendido por la
pregunta y pensando contestó:
- Difícil decisión, tendré que pensar.
- ¡Ya
lo sé! –Dijo el rey- la más guapa será la que ponga el mejor huevo.
Así,
que Puchinela, se puso en el trono de poner huevos e hizo fuerzas, muchas
fuerzas (cara de esfuerzo), muchas muchas fuerzas (mientras Puchinela hace
fuerzas le pedimos al pueblo que la anime), y de pronto, pam!, Puchinela puso
un huevo que le enseño al rey.
-
Sin duda es el huevo mas bonito del mundo
–dijo el rey-.
-
Kokorocó,
kokorocó, el huevo más bonito del mundo, Kokorocó, kokorocó.
Es
el turno ahora de Polipasta, se puso en el trono de poner huevos e hizo fuerzas, muchas fuerzas (cara de esfuerzo), muchas muchas fuerzas (mientras Polipasta hace fuerzas le pedimos al pueblo que la anime), y de pronto, pam!, Polipasta
puso su huevo, era el huevo más grande del mundo, aunque no tan bonito como el
de Puchinela.
-
Sin duda es el huevo más grande del mundo
–dijo el rey-.
-
Kokorocó,
kokorocó, el huevo más grande del mundo, Kokorocó, kokorocó.
Y
llegó luego el turno de Petipuá, se puso en el trono de poner huevos e hizo fuerzas, muchas fuerzas (cara de esfuerzo), muchas muchas fuerzas (mientras Petipuá hace fuerzas le pedimos al pueblo que la anime), hasta que… pam!,
Petipuá puso su huevo, era un huevo muy raro, era cuadrado y cada uno de sus
lados era de un color diferente.
- Sin duda es el
huevo más extraño del mundo –dijo el rey-.
- Kokorocó, kokorocó, el huevo más extraño
del mundo, Kokorocó, kokorocó.
-
Kokorocó,
kokorocó, las tres han ganado, Kokorocó, kokorocó.
Cada uno en su
estilo
Es el mejor,
Cada uno en su
estilo
Es el mejor,
Cada uno en su
estilo
Es el mejor.
Y
colorín colorado este cuento se ha acabado.
Desde aquí quiero dar las gracias a Joaquín Serrano que ha sido el compañero que amablemente me ha pasado este cuento que hoy comparto con ustedes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario