jueves, 6 de diciembre de 2012

La cajita de Margarita


Marina, otra amiga, me enseñó este cuento muy tierno que hoy comparto con vosotros...

La cajita de Margarita
Había una vez una niña que se llamaba Margarita. Margarita tenía, más menos 2 añitos y era una niña muy muy buena. Siempre se comía toda la comida, era muy responsable y miraba hacia los dos lados antes de cruzar. Además, Margarita sieeempre hacía caso a la seño. Sus papas estaban muy contentos, porque la peque se portaba siempre muy bien, hasta que llegaba la noche.

Cuando era la hora de dormir, Margarita nunca quería irse a la cama. ¿Sabéis por qué? Porque cuando se acostaba y se quedaba dormida, soñaba con dragones, con brujas malvadas y con monstruos y no podía dormir. Cada noche Margarita se ponía a llorar y a llorar hasta que su mamá se iba con ella a la cama y dormía a su lado.

Así que durante el día, Margarita se portaba muy bien, pero cuando llegaba la noche, lloraba y lloraba.  Los papás de Margarita estaban muy preocupados porque la niña no podía dormir solita.

Un día el papá de Margarita iba paseando por la calle cuando encontró una tienda de un montón de colores. Amarillo, rojo, azuuul, la tienda estaba pintada con muchísimos colores. El papá entró en la bonita tienda, que tenía las paredes llenas de dibujos de mariposas que volaban y volaban.

Pero al papá de Margarita le llamó la atención una caja roja. Era una caja pequeñita. La abrió lentamente y cuando se dio cuenta de que estaba vacía. Se la acercó a los ojos para asegurarse de que no estaba equivocado. Metió la mano dentro. Nada, estaba vacía.

En ese momento, la dueña de la tienda, una mujer bajita, gordita y muy viejecita, se acercó.

El papá de preguntó a la viejecita

-¿Por qué esta cajita está vacía?
Y la viejecita le respondió:

-Está vacía porque es nueva - dijo - Hace falta que alguien la llene.

-¿La llene de qué?-  preguntó el papá intrigado

-De amor

-¿De amor? ¿Y para que sirve llenar una caja de amor?
La viejecita, sorprendida, contestó:

-El amor es el regalo más importante que se le puede hacer a cualquier persona. El amor nos da calor, cuando tenemos frío. Nos da compañía cuando nos sentimos solos…
El papá de Margarita no se lo pensó dos veces y compró la cajita.

Cuando llegó a su casa, se la dio a su hija y le contó.

-Mira Margarita, esto es una cajita que mamá y yo vamos a llenar de amor- abrió un poquito la tapa y lanzó un montón de besos dentro -así, mamá y papá siempre están contigo, en tu habitación. Los monstruos, los bichos, las brujas, como no saben lo que es el amor, le tienen mucho miedo. Por las noches, cuando te despiertes asustada, abre un poquito la caja. La habitación se llenará del amor de papá y mamá y ya no podrán entrar las cosas feas en tu habitación...

Desde entonces, Margarita nunca ha sentido miedo, porque sobre su mesita de noche hay una cajita roja, siempre un poquito abierta, que mamá y papá llenan de besos y abrazos y caricias todos los días...



Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

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